DIA 24
“No se olviden nunca de las maravillosas enseñanzas de Cristo. Y cuando se enseñen unos a otros, o se corrijan, háganlo de manera inteligente. Canten Salmos, himnos y cantos espirituales, dando gracias a Dios de todo corazón”. Filipenses 3:17 (TLA)
Todos somos maestros de la fe.
Podemos ser buenos maestros o podemos ser malos maestros, pero somos maestros. Es de esperar que cada día nuestro comportamiento se adapte a los ejemplos bíblicos y que respondamos con actitudes como las de Jesús.
La Biblia nos ve como maestros y nos anima a enseñarnos unos a otros. Escribiendo a un grupo de creyentes el Apóstol Pablo declaró: “estoy seguro de que ustedes mismos rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse unos a otros”. (Romanos 15:14, NVI).
Algunos de nosotros tenemos este mito en nuestras mentes que las únicas personas que pueden enseñar son las que tienen la suficiente habilidad para esto o que son profesionales, nada más lejos de la verdad. Cada uno de nosotros tiene algo que ofrecer a nuestros amigos y a nuestro grupo pequeño. Mientras compartimos nuestro conocimiento acerca de un pasaje de la Biblia; mientras aconsejamos a otros a partir de nuestras experiencias; mientras oramos con nuestro grupo en tiempo de crisis: estamos enseñando.
La enseñanza involucra más que desempacar las historias de la Biblia o dar conocimientos teológicos; también enseñamos cuando nos ayudamos unos a otros a entender como amar a nuestra esposa, a hacer sabias decisiones, y a mantener nuestra mente limpia.
Pablo dice que: “debemos aconsejarnos unos a otros”. Esto significa que debemos ser también aprendices, escuchando a otros creyentes, mientras cuentan acerca de la obra de Dios en sus vidas y observamos unos a otros para ver cómo se plasma en otro ser humano la realidad de “Cristo en ustedes, la esperanza de gloria”. (Colosenses 1:27, NVI). El rey Salomón un hombre de quien la Biblia dice que fue la persona más sabia que alguna vez vivió, dijo que es vital aprender de nuestros amigos (Proverbios 12:15). Salomón escribió en Proverbios 15:22
(NVI) “Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan”. En el versículo de hoy, Pablo nos da un bosquejo de cómo enseñar y aprender los unos a los otros:
Permite que las palabras de Cristo vivan en tu corazón. Debemos conocer la Palabra de Dios antes de enseñarla. Mientras escuchamos, leemos, estudiamos, memorizamos y meditamos en las Palabras de Cristo, las estamos llevando a nuestros corazones. “Esto nos hace sabios y nos da el conocimiento que necesitamos para enseñarnos unos a otros”. (Romanos 15:14b, NVI).
Usemos la Palabra de Dios para enseñarnos y aconsejarnos unos a otros. Esto es más que conocimiento humano o algún tipo de experiencia que debemos trasmitir a otros. Siempre que Pablo escribía a una congregación, él desafiaba a los creyentes a enseñar y animarse unos a otros con la verdad de Dios. Muy frecuentemente miramos a la “sabiduría” del mundo cuando buscamos respuestas; con todo es el mundo que necesita desesperadamente la sabiduría espiritual encontrada en la Palabra de Dios.
Por supuesto, una vez que aprendemos de la sabiduría de Dios, debemos aplicarla correctamente en nuestras vidas, sujetándonos fuertemente, no aflojando: “Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar; cuídala bien, que ella es tu vida”. (Proverbios 4:13, NVI).
Tu grupo pequeño provee una excelente oportunidad para que cada miembro desarrolle sus habilidades como líder y maestro. En tu Grupo Pequeño considera la posibilidad de rotar cada semana de manera que todos tengan la oportunidad de dirigir la discusión o guiar ciertas secciones de la reunión de tu Grupo Pequeño. Esto ayudará y animará a cada miembro del grupo a crecer en su fe y en sus dones, la Biblia dice: “Si alguien que está sentado recibe una revelación, el que esté hablando ceda la palabra. Así todos pueden profetizar por turno, para que todos reciban instrucciones y aliento”. (1 Corintios 14:30-31, NVI).
Las relaciones que has hecho en tu Grupo Pequeño no son coincidencias. No ha sido por accidente que Dios te puso en este grupo pequeño para el estudio de estos 40 Días de Comunidad. Hay cosas que tu Grupo Pequeño aprenderá solamente de ti y cosas que tú aprenderás de la gente de tu Grupo Pequeño. ¡Qué increíble privilegio! El Dios del Universo te ha escogido para hablar a la vida de tus amigos y te ha provisto de amigos quienes serán capaces de hablar a tu propia vida.
PARA MEDITAR
Todos somos maestros de la fe.
VERSÍCULO PARA RECORDAR
“Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría”. Colosenses 3:16ª (NVI)
PREGUNTA PARA CONSIDERAR
¿Cuáles son algunas lecciones que Dios te ha enseñado recientemente y que puedes compartir con tu grupo pequeño