"Toxico?"

Setiembre 29
Desecha todo lo que tiene potencial para intoxicarte y niégale la entrada a todo lo que pueda dañar tu espíritu, porque las personas amargadas y rebeldes, siempre procurarán tener tu compañía.
Romanos 3:14 “Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura”.
¿Hay gente toxica en la biblia? El rey Saúl es un ejemplo de una persona tóxica. Comenzó bien, pero el poder, el orgullo y los celos paralizaron su alma. Sus terribles celos hacia el joven David se manifestaron en una confusa gama de estados de ánimo. En un momento Saúl estaba tranquilo y disfrutaba de la música de David; y al siguiente intentaba matarlo (1 Samuel 19:9-10). Saúl parecía mostrar remordimiento, pero pronto volvía a perseguir a David (1 Samuel 24:16-17; 26:2, 21). Después, Saúl violó una orden estricta del Señor con el fin de que la gente pensara bien de él (1 Samuel 15). Ese pecado le costó a Saúl su reino.
¿Que podría significar toxico en el sentido humano? ¿Quién es un ser toxico? ¿Quién enferma con su sola presencia? La verdad este es un artículo que te ayudara a entender lo mas elemental de la conducta toxica tuya y/o de alguien que conozcas y te invito a continuar aquí;
La TOXICIDAD de una persona tiene que ver con el veneno que esta esparce a los que están a su alrededor. ¿Y como sabemos que alguien me es toxico a mi y/o a los míos? Siempre les repetiré que esto depende del grado de observación y/o tolerancia que uno tenga según su concepto, vale de decir lo que para mí es toxico para otro no. Esto tiene que ver con la manera del como se hiere mi susceptibilidad, algunos somos sensibles, otros muy sensibles y otros hipersensibles, y también dependerá de los traumas, y/o consecuencias emocionales que estas hayan dejado en mi vida. Por ejemplo su una mama es muy cuidadosa con sus niños decimos que es una madre responsable pero si una madre es aprensiva o muy aprensiva con su niño o niños, que no los deja ni para ir al baño sabiendo que estos son lo suficientemente grandes para hacer sus cosas solo , entonces entendemos que hay algo generado por los miedos de la mama que de seguro siguieran por toda la vida sus hijos y que desgraciadamente este veneno será esparcido en las siguientes generaciones de las relaciones que sus hijos puedan tener. Ahora entiende que siempre habrá personas con las que no nos sintamos a gusto, pero no por ello son tóxicas. Podemos ser polos opuestos en ideología con alguien, pero podemos mantener una buena relación. Las personas de diferentes tendencias políticas pueden disfrutar de la compañía del otro, los aficionados de equipos deportivos rivales pueden tener una relación amistosa, y los cristianos pueden interactuar de forma saludable con los no cristianos. Sin embargo, cuando una persona es tóxica, no es capaz de mantener una relación sana con nadie. Sólo los que están dispuestos a sufrir las exigencias egoístas de la persona tóxica pueden soportar una relación de este tipo durante mucho tiempo.
Entonces ser toxico en esencia es una persona super o hiper egoísta, pues todo lo que se diga o se haga tiene que ser explícitamente desde su punto de vista de lo contrario esto es un error, en una equivocación y en buen cristiano es un pecado (según el toxico). Por ello el toxico todo lo mide desde su criterio y cree que es el único que tiene razón y será capaz de convencer a los demás que su juicio es inapelable, (Es dios juzgando a los demás en la tierra). Filipenses 2:3-4, dice: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”. Las personas tóxicas pueden fingir que hacen algo por los demás, aunque siempre hay un motivo oculto que les beneficiará. Las personas tóxicas miran con desprecio a cualquiera que se atreva a corregirles o a estar en desacuerdo con ellos. Enmascaran su orgullo extremo con una falsa humildad, pero rara vez hay un verdadero arrepentimiento porque no creen estar equivocados. La culpa es de los demás. Proverbios 16:18 dice: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, en resumen ellos o ellas siempre piensan que tienen la razón. La altivez domina a las personas tóxicas, incluso cuando tratan de ocultarla tras la autocompasión o la humillación. Si estás en una relación tóxica, con frecuencia la “destrucción” que la persona tóxica se ha ganado debido al orgullo también recae sobre ti.
Los Tóxicos harán un drama por todo. Date cuenta comúnmente los ellos se encargaran de todo el mundo se entere Irónicamente, que “odian el drama”. Sin embargo, ellas lo provocan dondequiera que vayan. Aparentemente, les encanta. No pueden ir del punto A al punto B de forma sencilla y directa. Son una constante maraña de excusas, mentiras, inventos y situaciones absurdas con las que cansan a cualquiera a su alrededor. Les gusta complicar situaciones que de otro modo serían sencillas ya que así mantienen la atención centrada en ellas.
Los Tóxicos pueden parecer encantadores a los ojos de los demás, pero los que se relacionan con una persona tóxica conocen la verdadera historia. Cada interacción, por muy inocente que sea al principio, termina con una puñalada. Todos los demás se quedan con las secuelas mientras la persona tóxica desaparece aparentemente tranquila. Si te sientes ansioso al pensar en otra interacción con alguien en tu vida, sin que tengas la culpa, puede que estés en una relación tóxica.
Las personas tóxicas disfrutan haciéndose las víctimas. A las personas tóxicas les pasa de todo, y el mundo debería darse por enterado. Piensan que no se les debe responsabilizar porque no fue su culpa, aunque sí lo fue. Prácticamente, la autocompasión brota de ellos, aunque la enmascaren bajo una fachada de fortaleza. Les gusta aparecer como mártires e incluso crearán situaciones para que los vean como tales. Los que se relacionan con una persona tóxica suelen acabar pareciendo los malos. Los de fuera suelen juzgar en silencio a los amigos o familiares que son “intolerantes” con esta pobre víctima, lo cual crea división e incomprensión en las relaciones secundarias.
Las personas tóxicas mienten. Si sus bocas se mueven, las personas tóxicas probablemente están mintiendo. Mienten mucho más fácilmente de lo que dicen la verdad y son tan convincentes que incluso los que saben más se cuestionan sus propias apreciaciones. Las personas tóxicas justifican sus mentiras diciéndose a sí mismas que no tenían otra opción. Cuando son sorprendidos con las manos en la masa en una mentira, pueden fingir remordimiento, pero todo el tiempo pueden estar ocultando una docena de más mentiras que nadie todavía ha descubierto. Las Escrituras tienen palabras duras para los mentirosos. Dios no tolera a los mentirosos, y no se deja engañar por ninguna de sus excusas (Apocalipsis 21:8). Proverbios 6:16-19 enumera siete cosas que el Señor odia, y la mentira está en la lista dos veces.
El Salmo 1 da instrucciones específicas sobre cómo mantenerse alejado de los perversos. Somos bendecidos cuando no buscamos amistades con ellos ni escuchamos sus consejos. Las personas tóxicas entran en esa categoría. No se contentan con destruir sus propias vidas; tienen que llevarse a otros también. Es bueno recordar que no se puede cambiar a una persona tóxica, especialmente desde dentro de una relación tóxica. No se puede ayudar a las personas tóxicas a menos que estén dispuestas a ser ayudadas.
Las personas complacientes son las víctimas más frecuentes de las relaciones tóxicas porque quieren agradar a la persona tóxica. No obstante, hay momentos en los que lo más inteligente es cerrar la puerta a una relación (Proverbios 22:24-25). Si estás casado con una persona tóxica que ha convertido tu relación en un matrimonio tóxico, entonces quizás convenga una separación, además de una consejería matrimonial orientada. Si no estás casado, entonces es hora de decir adiós.
En toda situación que implique una relación tóxica, presenta el asunto a Dios en oración. Clama para “recibir misericordia y encontrar gracia” que te ayude en el momento de necesidad (Hebreos 4:16). “Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él cuida de vosotros” (1 Pedro 5:7). Pídele constantemente al Señor que cambie el corazón de la persona causante de la toxicidad. En Él hay esperanza y sanidad.