PORQUE SOMOS UNA FAMILIA

Día 5
“Amen a los hermanos” 1Pedro 2:17b
Deseamos pertenecer.
Ayer aprendimos que todos los creyentes son: “Conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19).
Esto significa que la iglesia no es un lugar, más bien es algo a quien pertenecemos, a una familia de Dios. Es más que una organización, más que una institución, aún más que un grupo de personas afines.
Somos una familia forjada por el fuego del amor de Dios, “Ámense los unos a los otros con amor fraternal” (Romanos 12:10a). Tenemos amor unos a otros como hermanos y hermanas. Este sentido de unión familiar permite que se forme la autentica comunidad cristiana, donde somos aceptados, apoyados, y desafiados a vivir totalmente fuera de los propósitos de nuestras vidas. Pertenecemos a la iglesia, y ayudamos a otros a crecer, para que ellos también pertenezcan a la comunidad cristiana.
La familia es sinónimo de un compromiso profundo, de constante apoyo del uno al otro, no importa cuan duro pueda ser. Se hacen cosas para la familia que no lo haríamos para nadie más, y se pide disculpas a los miembros de la familia como no lo haríamos para nadie más.Para muchos de nosotros, esta imagen de la familia falla, porque nunca hemos sido parte de una familia sana.
Tenemos sólo modelos rotos, relaciones quebradas, y corazones dolidos. La buena noticia es que Dios quiere proveerte de la familia que tu has añorado, y Él puede hacer esto en la comunidad cristiana. Cuando aprendemos a amarnos el uno al otro en forma profunda y seria, los grupos pequeños pueden crear el sentido de familia necesaria para confiar, aceptarse y servirse el uno al otro. Aprendemos sobre el poder del amor incondicional. Quiere decir que nuestros grupos pequeños son laboratorios guiados por el Espíritu Santo para aprender a amarnos unos a otros profunda y seriamente (1Tesalonisences 4:9; 1Pedro 1:22).
¿Cómo nos enseña nuestra familia espiritual a aprender a amar?
Primero, aprendemos a desarrollar relaciones saludables. Hemos aprendido malos métodos para relacionarnos en nuestras familias físicas, pero en una comunidad de creyentes podemos ver modelos de buenas relaciones. Aprendemos que para que las relaciones funcionen es necesario la honestidad, vulnerabilidad, esfuerzo y mucho perdón.
Segundo, aprendemos a desarrollar un carácter piadoso. El carácter tiende a ser mas percibido que enseñado, y en una comunidad cristiana podemos ver de muy cerca y personalmente los rasgos del carácter de otros. Veremos como se modela la madurez y cómo se manifiesta la inmadurez, y aprendemos a tomar o desechar de estos modelos para crecer juntos.
Tercero, aprendemos la importancia de los valores bíblicos. Todos nosotros nos hemos apropiado de valores voluntaria e involuntariamente. Algunos de estos valores pueden ser correctos y otros pueden ser incorrectos. Al traerlos al ambiente familiar del grupo pequeño cristiano, podremos medir nuestros valores con los estándares de la Biblia en el contexto de creencias cristianas maduras. “Todo padre hablará a sus hijos de tu fidelidad” (Isaías 38:19).
Quizás eres lo suficientemente afortunado de haber visto relaciones familiares saludables modeladas en tu hogar o en tu congregación. Pero hay muchos de ustedes que provienen de ambientes inestables. Las próximas semanas te ofreceremos la oportunidad de romper con tu pasado. Será tu oportunidad de pertenecer a una familia amorosa, y empezar a desarrollar relaciones saludables, un carácter piadoso y valores bíblicos.
Esta es tu oportunidad de escoger tu herencia espiritual, la cual también transformará tu herencia física. No dejes pasar esta oportunidad. Únete a tus hermanos y hermanas, y aprende amar profundamente.
PARA MEDITAR
El amor debe ser aprendido
VERSÍCULO PARA RECORDAR
“Amen a los hermanos.” 1Pedro 2:17b
PREGUNTA PARA CONSIDERAR
¿Cuán piadoso eres con la familia de la iglesia? Evidencia, ¿Cuál sería el veredicto?

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