Las redes sociales ofrecen una gran tentación para lucirse. Pero cuando presumes, construyes barreras. No creas compañerismo. No te acercas a nadie. Si quieres acercarte a la gente, haz lo contrario. Comparte los problemas con los que Jesús te está ayudando. ¡Sé real! Dale a la gente un vistazo de tus errores y no solo tus aciertos. Ellos también se animarán a pedirle a Dios que les ayude con sus problemas.