Sabado 13 de Enero del 2018
Zacarías 5-8 | Apocalipsis 19
“En tanto que llego, dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos.” 1 Timoteo 4:13
En tiempos bíblicos, la sinagoga era esencialmente un lugar de enseñanza, y fue donde Jesús a menudo enseñó, al igual que Pablo y otros apóstoles. Al leer el verso de encabezamiento lo más natural sería preguntarnos, ¿por qué razón Pablo insiste tanto en la predicación y la enseñanza en sus instrucciones a Timoteo? ¿Acaso no son la misma cosa?
La enseñanza está dirigida principalmente a la mente. El resultado final de la buena enseñanza es que las personas aprendan algo. La enseñanza es la base sobre la cual se hace una respuesta significativa a Dios. Las corrientes emocionales sin raíces adecuadas en la comprensión de Dios y Su verdad, que arrastran a muchas personas, terminan por demostrar con el tiempo ser superficiales. La predicación, por otro lado, se enfoca principalmente en la voluntad. Si el resultado final de la enseñanza es que las personas aprendan algo, el resultado final de la predicación es que las personas hagan algo.
El tema de la predicación de Jesús es “las buenas nuevas del reino”. Las buenas nuevas se convierten verdaderamente en buenas nuevas cuando la voluntad responde. La mente puede ser expandida, estimulada y deslumbrada por una sorprendente enseñanza, pero la vida de las personas solamente cambia cuando la enseñanza se convierte en predicación, y los oyentes se sienten movidos a responder como sucedió cuando las personas reunidas escucharon a Pedro predicar en el Día de Pentecostés. Hechos 2:37 nos dice: “Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer?”. Ellos fueron movidos a hacer algo. La enseñanza es la base de la predicación, y no podemos separar la una de la otra. Enseñar y no predicar puede producir mentes llenas, pero vidas estériles. Predicar y no enseñar puede evocar una respuesta que está en peligro de ser poco más que la semilla que brota a la vida sin raíz, sólo para marchitarse y morir al poco tiempo.
La enseñanza y la predicación se mantienen en equilibrio durante todo el Nuevo Testamento. En el ministerio de Jesús, Mateo registra: “Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en otros pueblos.” (Mateo 11:1). Entre el primero y el segundo viaje de Pablo, Hechos 15:35 dice que: “Pablo y Bernabé permanecieron en Antioquía, enseñando y anunciando la palabra del Señor en compañía de muchos otros.” El libro de los Hechos concluye con una afirmación acerca de Pablo en Roma. “Y predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.” (Hechos 28:31).
Podemos llenar nuestras mentes con conocimiento bíblico, pero sin el Espíritu Santo, quien es el Buen Maestro, ese conocimiento permanecerá latente y adormecido. Cristo es quien planta las semillas de la verdad dentro de nuestros corazones y el resultado final será que una buena predicación nos moverá de alguna manera a responder.
ORACIÓN: Amado Padre Celestial, te pido que el Espíritu Santo me dé comprensión de Tu palabra y traiga a mi vida las verdades que has revelado en las Escrituras, de manera que yo sea movido a llevar el Evangelio a otros.
PARA REFLEXIONAR: ¿Estoy simplemente llenándome de conocimiento bíblico o me he sentido movido a llevar el Evangelio de Cristo a otras personas?
Teaching and preaching
Saturday, Januery 13, 2018
Zechariah 5-8 | Revelation 19
“Until I come, devote yourself to the public reading of Scripture, to teach and encourage the brothers.” 1 Timothy 4:13
In biblical times, the synagogue was essentially a place of learning, and it was where Jesus often taught, as Paul and other apostles. Reading the header line would be the most natural thing to ask, why Paul insists both preaching and teaching in his instructions to Timothy? Are not they the same thing?
Teaching is mainly aimed at the mind. The end result of good teaching is that people learn something. Education is the foundation upon which a significant response to God is made. Emotional currents rootless adequate understanding of God and His truth, which drive many people end up eventually prove to be superficial. Preaching on the other hand, it focuses primarily on the will. If the final result of the teaching is that people learn something, the end result of preaching is that people do something.
The theme of the preaching of Jesus is “the good news of the kingdom”. The good news is good news indeed become when will respond. The mind can be expanded, stimulated and dazzled by an astonishing teaching, but the life of people only change when teaching becomes preaching, and listeners feel moved to respond as it did when the people gathered heard Peter preach in Pentecost. Acts 2:37 tells us: “When they heard this, they were cut to the heart and said to Peter and the other apostles, ‘Brothers, what should we do?”. They were moved to do something. Education is the basis of preaching, and we can not separate one from the other. Teaching and preaching can not produce minds filled, but lives sterile. Preaching and teaching can not evoke a response that is in danger of being little more than the seed that springs to life without roots, only to wither and die soon after.
Teaching and preaching are balanced throughout the New Testament. In the ministry of Jesus, Matthew records, “When Jesus had finished instructing his twelve disciples, he departed thence to teach and preach in their cities.” (Matthew 11: 1). Between the first and the second journey of Paul , Acts 15:35 says: “Paul and Barnabas remained in Antioch, teaching and preaching the word of the Lord in the company of many others.” The book of Acts concludes with a statement about Paul in Rome “And he preached the kingdom. God and taught about the Lord Jesus Christ without hindrance and without fear. “(Acts 28:31).
We can fill our minds with Bible knowledge, but without the Holy Spirit, who is the Good Master, that knowledge remains latent and dormant. Christ is the one who plants the seeds of truth within our hearts and the end result will be that good preaching somehow move us to respond.
PRAYER: Dear Heavenly Father, I ask the Holy Spirit to give me understanding of Thy Word and bring into my life the truths you have revealed in Scripture, so that I be moved to bring the Gospel to others.
FOR REFLECTION: I’m just filling me with biblical knowledge or I felt moved to bring the Gospel of Christ to others?