Martes 16 de Enero del 2018
Jonás | Apocalipsis 10
“Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré —repuso Tomás.” – Juan 20:25
Hay individuos que pueden llegar a escuchar la misma historia centenares de veces de diferentes fuentes, y sin embargo nunca creen, puesto que no estuvieron allí para verlo con sus propios ojos, y lo que escuchan de los demás, ciertamente excede los límites de la lógica humana. Este fue el caso de Tomás, quien no estuvo presente cuando Jesús se apareció por primera vez a Sus discípulos después de Su resurrección. De aquí, ciertamente aprendemos un aspecto de vital importancia en la vida cristiana.
Si nos apartamos de los demás y tratamos de vivir aislados, terminaremos siendo altamente vulnerables a la duda. La vida cristiana no está diseñada para ser vivida en aislamiento, sino en una comunidad de creyentes. Dios siempre está buscando intimar con nosotros, y su presencia se expresa en medio de su pueblo, en el contexto de una relación de comunión entre hermanos en la fe; debemos recordar que Dios siempre obra en nosotros y a través de nosotros como comunidad de creyentes. Las cartas de Pablo a los Corintios y Efesios, exhortan a los creyentes a mantenerse unidos en la edificación de un sólo cuerpo, del cual Cristo es la cabeza. En 1 Corintios 12:27 dice: “Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo.”
Es cierto que cada persona viene a Cristo de manera individual. En el momento en que nos arrepentirnos de nuestros pecados y ponemos nuestra fe en Cristo, somos bautizados por el Espíritu Santo e incorporados al cuerpo de Cristo. Dentro de ese cuerpo, nos convertimos en parte de una nueva comunidad donde cada individuo tiene diferentes dones y funciones, los cuales están diseñados para funcionar de manera interdependiente. No debemos, ni podemos vivir separados de una comunidad de creyentes. Es por eso que Cristo nos dio la iglesia, para estar unidos como un sólo cuerpo; y es a través del cuerpo de Cristo, la iglesia, que Dios lleva a cabo Su obra en este mundo.
A menudo escuchamos a las personas decir que ellos pueden ser cristianos sin ser parte de la iglesia, y en cierto sentido técnico podría ser cierto. Sin embargo, si nos aislamos y decidimos permanecer por fuera de una comunidad de creyentes, nunca creceremos como cristianos ni alcanzaremos nuestro máximo potencial. Muchas personas asisten a la iglesia de vez en cuando; otros asisten a una iglesia una semana, y a otra iglesia la siguiente semana; y otros simplemente se limitan a ver predicadores por televisión. Este tipo de individuos en realidad no están “siendo iglesia” ya que no se comprometen con el cuerpo de Cristo en ninguna congregación, y cuando afrontan dificultades, les resulta difícil hacerles frente porque no han establecido una presencia de estrecha comunión con otros creyentes, que es lo que Dios quiere.
No fue puramente incidental que Tomás dudara al estar separado del grupo de discípulos. La historia de Tomás nos recuerda la importancia de ser parte activa de una comunidad de creyentes, donde unidos y en comunión buscamos y encontramos a Dios, estudiando las Escrituras y orando colectivamente. El aislamiento inevitablemente apagará el fuego de nuestro corazón y de nuestra vida, pero al congregarnos y mantenernos unidos, nos alimentaremos mutuamente, dándonos apoyo y aliento en nuestro crecimiento espiritual como Cristo espera que lo hagamos.
ORACIÓN: Señor, ayúdame a encontrar ese lugar donde Tú sabes que yo te serviré mejor. Ayúdame a ser parte de una comunidad de creyentes llenos de Tu amor y Tu compasión.
PARA REFLEXIONAR: ¿Estoy viviendo mi vida cristiana en aislamiento o soy parte activa de una comunidad de creyentes en nuestra Iglesia en Quincy WA?
Keeping Unit
Thuesday January 16 2018
Jonah | Revelation 10
«Unless I see the mark of the nails in his hands and put my finger in the marks and my hand in his side, I will not believe, ‘said Thomas.» – John 20:25
There are individuals who may get to hear the same hundreds history of times from different sources, and yet never believe, because they were not there to see it with their own eyes, and what they hear from others, certainly beyond the limits of logic human. This was the case of Thomas, who was not present when Jesus first appeared to His disciples after His resurrection. Hence, certainly we learn one aspect of vital importance in the Christian life.
If we separate ourselves from others and try to live isolated, we end up being highly vulnerable to doubt. The Christian life is not designed to be lived in isolation, but in a community of believers. God is always looking for intimate with us and his presence is felt in the midst of his people, in the context of a relationship of communion between brothers in the faith; we must always remember that God works in us and through us as a community of believers. Paul’s letters to the Corinthians and Ephesians, exhort believers to remain united in the building of one body, of which Christ is the head. In 1 Corinthians 12:27 says, «Now you are the body of Christ, and each member of that body.»
It is true that each person comes to Christ individually. At the moment we repent of our sins and put our faith in Christ, we are baptized by the Holy Spirit and incorporated into the body of Christ. Within this body, we become part of a new community where each individual has different gifts and functions, which are designed to operate interdependently. We must not, and we can not live apart from a community of believers. That is why Christ gave the church to be united as one body; and it is through the body of Christ, the church, which God accomplishes His work in this world.
We often hear people say that they can be Christian without being part of the church, and in a technical sense may be true. However, if we isolate ourselves and decided to stay out of a community of believers, never grow as Christians and reach our full potential. Many people attend church occasionally; others attend a church one week, and another church the following week; and others simply limited to see preachers on television. Such individuals are not really «being church» because it does not agree with the body of Christ in any congregation, and when faced with difficulties, they find it difficult to cope because they have not established a presence in close fellowship with other believers, it’s what God wants.
It was purely incidental that Thomas doubted to be separated from the group of disciples. Thomas’ story reminds us of the importance of being an active part of a community of believers, united and in communion where we seek and find God, studying the scriptures and praying collectively. Isolation inevitably put the fire in our hearts and our lives, but to meet together and stick together, we’ll feed each other, giving us support and encouragement in our spiritual growth as Christ expects us to do.
Prayer: Lord, help me to find that place where you know I will serve you better. Help me to be part of a community of believers filled with Your love and compassion.
For reflection: Am I living my Christian life in isolation or am active part of a community of believers in our church in Quincy WA?