Día 37
“Yo muy gustosamente gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré por vuestras
almas…” (2º Corintios 12:15)
Dios ama con extravagancia.
Disfruta al superar nuestras expectativas.
Derrama Su bendición sin media. La Biblia dice que hizo “abundar” Su gracia para con
nosotros y que nos provee una vida abundante y sin límites.
A veces, el amor tiene que ser extravagante, jugarse todo.
Resolver los detalles, abrir las puertas de la generosidad y bendecir a alguien de manera
inesperada por puro gozo.
El sentido común nos dice que podemos darles todo lo que quieren.
Nuestro presupuesto y nuestros horarios son limitados. Pero no todo lo que tu hijo quiere
tiene etiqueta de precio elevada.
El gozo viene en toda la clase de tamaños y formas.
Algunos dirían que esto es malcriarlos. Y lo sería si permitiéramos que nuestros hijos
exigieran con egoísmo o actuaran como si tuvieran derecho a cualquier cosa.
Peor tenemos un Padre celestial que, por iniciativa propia, nos da sin medida y que aun así,
con sabiduría, nos niega aquellas cosas que sabe que no deberíamos tener.
Si nuestra respuesta es siempre “no” y casi nunca consideramos la posibilidad de hacer más,
no estamos amando a nuestros hijos con el amor del Padre.
Así que, atrévete a pensar en términos de abrumar a tus hijos con amor de alguna manera
especial, a superar sus expectativas y sorprenderlos con tu consideración y bondad.
Aunque no se trate de algo que te interese personalmente, considera el vínculo que podrías
crear con su corazón al hacer algo extravagante.
Toma nota de los deseos y los sueños de tus hijos.
Decide cómo podrías ayudarlos, dentro de lo razonable, a cumplirlos o lograrlos. Entonces,
muéstrales los colores deslumbrantes del amor increíble del Padre celestial.
TAREA:
Has una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.____________
¿Qué área te vino a la mente?
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¿Cuán creativo crees que puedes ser con esta sorpresa?
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. . . los hijos no tienen la responsabilidad de atesorar para sus padres, sino los padres para sus
hijos. (2 Corintios 12:14)