Viernes 19 de Enero del 2018
Daniel 11-12 | Judas
«Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.» – Isaías 55:9
Vivimos en un mundo colmado de grandes necesidades, lo cual es evidente especialmente cuando echamos un vistazo a los países enfermos y empobrecidos, los cuales generalmente están involucrados en desgarradoras guerras internas. ¿Quién no se movería a ayudar si pudiera hacerlo? Pero uno de los mayores peligros en la vida cristiana es lo que yo llamo “el entusiasmo carente de iluminación”; que es el entusiasmo por las cosas de Dios, pero no instruido de la manera como Dios opera.
Recuerdo que me invitaron a hablar en una conferencia de misiones juveniles en Perú, a hacerles un desafío, todo muy bien hasta el último día, El domingo, al cierre de mi mensaje, me pidieron invitar a los jóvenes a comprometerse en misiones y campos misioneros en el mundo. Les aseguro que esto fue algo que yo no pude hacer, ya que de haberlo hecho mi conciencia no hubiera estado tranquila. Podemos invitar a las personas a que se comprometan con Dios, pero no en áreas específicas, en las cuales probablemente, Dios no les ha hecho un llamado. Una vez estamos comprometidos con Dios, Él se comprometerá a llevar a cabo a través de nosotros todo lo que Él mismo nos ha llamado a hacer, en la medida que nosotros se lo permitamos. Si es el campo de las misiones, se abrirán las puertas correctas y Dios enviará las personas. Si no es así, lo peor que podemos hacer es pedirle a alguien se comprometa en algo que puede no ser el llamado de Dios para su vida.
Después de pasar un fin de semana exponiendo las grandes necesidades de este mundo y todos los desafíos que implica servir en las misiones, es lógico pensar que estos jóvenes estuvieran particularmente vulnerables. Yo he estado en suficientes campos misioneros en diferentes lugares para saber que uno de los mayores problemas que existe, es que hay muchas personas que no debería estar allí; personas buenas y sinceras, pero que Dios nunca los llamó a misiones, ni los llevó allí. Es muy fácil para cualquier persona que tenga capacidad y buen corazón, decir: “Sí, me voy a las misiones”. No es nuestra función conducir a las personas a cómo deberían servir a Dios, sino debemos llevarlos a una relación con Él, y Él será quien guíe sus caminos y los lleve a donde Él haya planeado; debemos siempre confiar en el liderazgo de Dios en nuestras vidas.
Dios busca personas que estén dispuestas a servirlo, en el hogar, en el trabajo, en el mundo de los negocios, en el gobierno, en las calles, en los hospitales, en las escuelas, personas ocupadas no ociosas y todo cristiano es igualmente llamado por Dios para servirlo. Dios nos conoce mejor que lo que nosotros nos conocemos a nosotros mismos, y debemos dejar que Él sea el orquestador. Por medio de una relación con Él, no solamente nos llevará en la dirección que Él nos ha llamado, sino que nos equipará y nos dará el poder para hacerlo. 1 Tesalonicenses 5:24 dice: “El que los llama es fiel, y así lo hará.” Bien sea en una misión local o en un campo misionero en el extranjero, será la obra de Dios y podemos estar seguros que será algo absolutamente maravilloso.
ORACIÓN: Amado Señor Jesús, gracias por eres Tú quien dirige mi vida. Ayúdame a discernir Tu voz y a seguir Tu dirección en lo que me llames a hacer.
PARA REFLEXIONAR: ¿Estoy dejándome guiar por Dios en lo que Él me ha llamado a hacer?
CALL WITHOUT ENTHUSIASM
Firday January 19, 2018
Daniel 11-12 | Judas
«For as the heavens are higher than the earth, so are my ways higher than your ways and my thoughts than your thoughts.» – Isaiah 55: 9
We live in a world full of great needs, which is especially evident when we look at the sick and impoverished countries, which are usually involved in internal wars heartbreaking. Who would not move to help if I could do it? But one of the biggest dangers in the Christian life is what I call «unenlightened enthusiasm»; it is the enthusiasm for the things of God, but not instructed how God operates.
I remember that I was invited to speak at a youth conference in Peru missions, to make a challenge, everything very well until the last day, Sunday, at the end of my message, I was asked to invite young people to engage in missions and mission fields in the world. I assure you that this was something I could do, since I did my conscience had not been quiet. We can invite people to engage with God, but not in specific areas, which probably made them God has not called. Once we are committed to God, He will undertake to carry out through us all that He himself has called us to do, as we let them. If the field missions, the right doors will open and God will send people. If not, the worst we can do is ask someone to engage in something that may not be the call of God for your life.
After spending a weekend exposing the great needs of this world and all the challenges of serving in missions, it is logical that these young people were particularly vulnerable. I’ve been in enough mission fields in different places to know that one of the biggest problems that exists is that there are many people who should not be there; good and sincere people, but God never called to missions, and brought them there. It is very easy for anyone who has ability and good heart, saying: «Yes, I go to the missions.» It is not our role to lead people how they should serve God, but we must bring to a relationship with Him, and He will be the one to lead his ways and take you where he has planned; we must always rely on the leadership of God in our lives.
God seeks people who are willing to serve, at home, at work, in the world of business, in government, in the streets, in hospitals, in schools, persons employed not idle and every Christian is also called by God to serve. God knows us better than we know ourselves, and we should let him be the orchestrator. Through a relationship with Him, we not only take in the direction that He has called us, but we equip and give us the power to do so. 1 Thessalonians 5:24 says, «He who calls you is faithful and he will do it.» Whether at a local mission or a mission field abroad, will be the work of God and we can be sure it will be something absolutely wonderful .
PRAYER: Dear Lord Jesus, thank You for You who directs my life. Help me to discern Your voice and follow Your direction in what you call me to do.
FOR REFLECTION: Am I letting myself be guided by God in what He has called me to do?