Un hogar a la vez

 

Ni apagará la mecha que apenas arde, hasta que haga triunfar la justicia.

Mateo 12:20, NVI

El Mayor General Robert Dees (retirado del Ejercito de USA) fue uno de los inquebrantables de la División 101 de Aerotransporte, las “Águilas Estridentes,” que conmemoró el quincuagésimo aniversario de la Operación Market Garden de la Segunda Guerra Mundial, lanzándose en paracaídas en la misma zona de Eindhoven, Holanda, como lo habían hecho sus heroicos predecesores.

Casi todos los relatos de los historiadores señalan que este asalto aéreo del 1944 fue un fracaso táctico. Sin embargo, fue parte de un avance general hacia la victoria . . . y para algunos, el don de la vida. Aunque por un lado se calculó mal la capacidad ofensiva para asegurar “un puente demasiado lejos” (como se retrata en el famoso libro y película con ese título), para algunos se transformó en un puente de esperanza y de un futuro.

Eso es lo que el General Dees descubrió en aquel día de septiembre en 1994.

Una vez que su paracaídas tocó tierra, fue recibido por una anciana holandesa que cayó de rodillas y le abrazó las piernas. A pesar de sus lágrimas, y por medio de un intérprete, ella contó su fascinante historia: En septiembre del 1944, los alemanes estaban ejecutando a cinco padres por día en Endhoven—para mantener a la población sumisa y disuadir a la valiente resistencia secreta holandesa. El día en que el padre de esta mujer iba a ser fusilado, las tropas americanas cayeron del cielo, salvándole la vida. Ella aún no había nacido, dijo, así es que estaba viva a causa de la Operación Market Garden.

La historia del General Dees me recordó que cada hogar es importante en la batalla por la familia. Tus pequeñas decisiones valientes—luchar por la verdad, permanecer comprometidos el uno con el otro y formar una familia que honra a Jesucristo—todo contribuye a la victoria. No te des por vencido. Tal como esa niñita holandesa y su papá, la próxima generación está en juego.

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