DIA 21
“Por eso ya no deben mentirse los unos a los otros. Todos nosotros somos miembros de un mismo cuerpo, así que digan siempre la verdad”. Efesios 4:25 (TLA)
La honestidad fortalece a la comunidad.
La honestidad hace más profundas nuestras relaciones. Permitiéndonos ser transparentes unos con otros.
(Proverbios 24:26). Esto permite que nuestra comunidad sea abierta y auténtica, dándonos libertad para hablar la verdad en amor. (Efesios 4:15). Mientras practicamos una verdadera integridad (Tito 2:7). Así nos mantenemos sensibles a la dirección del Espíritu Santo, (Juan 16:13). Y nos ayuda a luchar contra las decepciones que podrían ser de obstáculos en nuestra vida cristiana (2 Corintios 10:5).
La honestidad exige que digamos lo que queremos decir y seamos sinceros en lo que decimos. (Mateo 5:37). Deberíamos mostrar la misma honestidad tanto en público como en privado (Hechos 20:20). Estamos comprometidos con una verdad, no con muchas (Juan 14:6).
Ya no deben mentirse unos a otros. Como nueva creación en Cristo, nos hemos despojado de nuestro viejo hombre, y por lo tanto, ya no deberíamos mentirnos los unos a los otros, (Colosenses 3:9). El diablo es el padre de mentiras: Siempre ha sido un asesino y un gran mentiroso todo lo que dice son solo mentiras y hace que las personas mientan (Juan 8:44, TLA) La gente que rechaza la verdad es pecadora y mala (Romanos 1:18), pero nosotros conocemos la verdad y la verdad nos ha hecho libres (Juan 8:32).
Hay dos clases de mentiras:
Mentiras oficiales: Estas son mentiras donde nosotros, específicamente, hacemos falsas declaraciones, pero la Biblia nos dice “por lo tanto, ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad a su prójimo”, (Efesios 4:25, DHH). No seamos mentirosos como aquella “…gente hipócrita y mentirosa, incapaz de sentir vergüenza de nada”. (1 Timoteo 4:2, TLA).
Mentiras de omisión: Estas son mentiras en las cuales fallamos al NO decir toda la verdad o “hacemos guiños engañosos a otros” Estas mentiras son características del “hablar persuasivo” usado en tiempos de Pablo para ganar entrada en ciertas casas “porque tienen la costumbre de meterse en cualquier casa para engañar a mujeres tontas y pecadoras”, (2 Timoteo 3:6, TLA) con el propósito de aprovecharse de ellas. “A fin de cuentas, más se aprecia al que reprende que al que adula” (Proverbios 28:23, NVI). “Una respuesta justa vale todas las señales de afecto” (Proverbios 24:26, Latinoamericana).
Hablando siempre la verdad.
“Más bien, hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la presencia de Dios”. (2 Corintios 4:2, NVI). Por tanto, “En nuestras cartas, no escribimos nada distinto de lo que ustedes pueden leer y entender”. (2 Corintios 1:13, DHH).
En realidad, usamos el poder de Dios cuando “Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”. (2 Corintios 4:2, NVI).
De otro modo, la deshonestidad nos contaminará y nos será difícil desarrollar una profunda confianza unos con otros. (Lucas 16:10, NVI). Por ejemplo, podemos pensar que incumplir nuestra palabra o promesa es un tema mínimo, pero esto podría terminar causando problemas en toda la congregación. El Nuevo Testamento registra un incidente, en la Iglesia de Galacia, que tiene que ver con nuestro tema: cuando el apóstol Pedro le dijo algo a los nuevos cristianos, pero hizo algo completamente diferente (Gálatas 2:12). Su actitud amenazó la fe de una congregación llena de nuevos creyentes, así que Pablo escribió al respecto. “Pero cuando Pedro vino a Antioquia, le resistí cara a cara, porque era de condenar” (Gálatas 2:11, RV). “Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio” (Filipenses 4:8, NVI). Porque Dios dice que un día, “toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. (Filipenses 2:11, NVI)
PARA MEDITAR
La honestidad fortalece a la comunidad.
VERSÍCULO PARA RECORDAR
“Por eso ya no deben mentirse los unos a los otros. Todos nosotros somos miembros de un mismo cuerpo, así que digan siempre la verdad” Efesios 4:25 (TLA)
PREGUNTA PARA CONSIDERAR
¿Con que tentación luchas con más frecuencia: Mentiras oficiales o mentiras de omisión?