SIRVIENDO HUMILDEMENTE UNOS A OTROS

DIA 32

“Todos deben someterse unos a otros con humildad, porque: Dios se opone a los orgullosos, pero ayuda con su bondad a los humildes”. 1 Pedro 5:5 (TLA)

Recuerda ser olvidadizo.

La vida de un siervo requiere una especie de olvido, la habilidad para olvidarnos de nosotros mismos, como también lo hizo nuestro Señor Jesucristo “quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró  el  ser  igual    a Dios    como  algo  a que aferrarse” (Filipenses  2:4,  NVI)  sino  que voluntariamente tomó “la naturaleza de siervo” (Filipenses 2:6-7, NVI). Y nosotros debemos “apoyar a los demás, y buscar su bien. Así los ayudaremos a confiar mas en Dios”. (Romanos 15:2, NVI).

Una noche Jesús respondió a la pregunta acerca de la ayuda “se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura” (Juan 13:4-5, NVI). Lavar los pies de otros era una

tarea típica reservada para el más humilde de los sirvientes; Pero Jesús, que hablaba sin palabras, nos enseñó que ningún acto de servicio era inferior a su corazón lleno de amor. Él colocó las necesidades de sus discípulos por encima de las suyas, aún cuando la sombra de su muerte oscurecía al Aposento Alto.

La clave de la humildad es conocer quién eres tú; cuando entiendas qué eres vas a estar muy cómodo agarrando la toalla en lugar de llamar la atención. A Jesús no  le importó si alguien lo confundía con un criado porque Él  sabia cual era su misión en la vida. Él estaba más interesado en servir a las personas que en impresionarlas.

El centurión de Lucas 7 era un hombre de una humildad notable. Con Jesús en el camino, el Oficial envió un mensaje: Señor, no te tomes tanta molestia, pues no merezco que entres bajo mi techo… Pero con una sola palabra que digas, quedará sano mi siervo. Yo mismo obedezco órdenes superiores y, además, tengo soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. (Lucas 7:5-8, NVI).

Él podría haber insistido en que Jesús termine el trayecto hacia su casa. ¿y esto no habría llamado la atención de la comunidad? Pero la necesidad era que su siervo sea sanado y no impresionar al pueblo.

Aún más notable es la forma en que el soldado se describe a si mismo a Jesús. En lugar de enfatizar su alto rango, él señala su propio puesto bajo autoridad par dar órdenes estaba interconectado con su habilidad para recibirlas, y que su importancia y valor no tenía nada que hacer con su posición de jerarquía.

La humildad simplemente quiere decir que mantengamos una valoración exacta e imparcial de nuestras fortalezas y debilidades. Entendemos nuestra forma   y nuestros dones, y somos conscientes de ello, pero no nos inquietamos demasiado por nuestras limitaciones. Vemos todo lo que tenemos como regalo de Dios, y sabemos que sin Él, no tenemos nada.

Nuestro primer paso crítico para desarrollar humildad como Jesús, es aferrarnos completamente a la grandeza del amor de Dios por nosotros. Cuando permitimos que la longitud, anchura, profundidad,  y la  altura  de su  amor  penetren  en  nuestra naturaleza interna  (Efesios  3:18),encontraremos que nuestras inseguridades han sido limpiadas, y estaremos autorizados para servir a otros con auténtica humildad.

Nuestro segundo paso es rendir nuestra agenda a Dios. Oramos,“Dios, estoy de acuerdo con tus planes para mi vida, no con los míos. Yo tengo planes, yo tengo sueños, yo tengo metas, yo tengo ambiciones, pero yo sé que me pusiste en esta tierra por una razón, por un propósito, y yo estoy escogiendo intencionalmente tu plan para mi vida en lugar del mío propio. Sé que no me lo vas a revelar todo inmediatamente; va a tomar un poco de tiempo. Pero estoy dispuesto a tomar un paso a la vez, sabiendo que tu plan es mejor que el mío”.

A Jesús no le importó si alguien lo confundía con un sirviente,

¿Cómo reaccionarias tú?

PARA MEDITAR

La humildad es el resultado de saber quién eres.

VERSICULO PARA RECORDAR

“Todos deben someterse uno a otros con humildad, porque: Dios se opone a los orgullosos, pero ayuda con su bondad a los humildes”. 1 Pedro 5:5 (TLA)

PREGUNTA PARA CONSIDERAR

¿Cómo te sientes cuando eres tratado como un sirviente?

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